sábado, 25 de diciembre de 2010

EL DOLOR DE LOS TOLERANTES

Me dicen que el mundo está lleno de injusticias, obvio, todo depende del punto de vista que se lo mire. Por tal motivo, debo ser tolerante porque quizás, mi punto de vista es distinto al del otro, que ve según su conveniencia.
Se puede ser cómodo y mirar el problema que es injusto para unos, justo para otros.
Cuando hay éste tipo de problema, ya hay una injusticia a resolver y sobre agregado el inconveniente que el que puede resolver el problema, no es parcial, se agrega otro problema, un sobre problema.
Los tolerantes debemos afrontar un problema más un sobre problema. ¿Cuánto tiempo puede soportar un tolerante ésta situación?
La tolerancia, del latín tolerare (sostener, soportar), es una noción que define el grado de aceptación frente a un elemento contrario a una regla moral, civil o física. Más generalmente define la capacidad de un individuo de aceptar una cosa con la que no se está de acuerdo. La tolerancia es una actitud del individuo frente a lo que es diferente de sus valores.
La tolerancia es el primer paso hacia la ecuanimidad, o sea, a la aceptación sin esfuerzo.
Para ejercer la tolerancia, debe pensarse que no todo puede tolerarse. Compaginar éstas evidencias es un arduo trabajo, pero siempre se debe tener como guía el amor y respeto por el otro.
Los estados de ánimo influyen sobre el discurso; y al aumentar la escucha, nos permite hablar y conseguir la cooperación de otros; de modo que la tolerancia es una actitud de lenguaje.
El amor como una emoción, es una aceptación del otro en su legítima verdad, comprensión en su derecho de ser diferente, de pensar diferente y de actuar diferente.
La producción de stress y de enfermedades sobreviene al tolerante, si sus conceptos internos no son genuinos y no basa éste concepto en el amor, primero para sí, y luego para los demás.
El tolerante enferma por faltas de respuestas del que le debe resolver en forma parcial, el aguantador, se siente y lucha solo.
La injusticia, es el dolor de los tolerantes.
Ahora bien, en ésa soledad, se sufre y se agregan varios inconvenientes: la incomprensión, la abulia y la apatía de los cómodos.
La colonización mental que sufre el indolente por parte del problema, produce una catástrofe a niveles del pensamiento crítico, formándole en su ser dudas sobre su conducta.
La tolerancia es un espíritu de apertura y de respeto a la diversidad, se aplica con toda propiedad cuando se trata de tolerancia del mal.
La existencia de elementos contrapuestos no significa necesariamente antagonismo, sino complementariedad y no exclusión de nadie, lo que hace que las opiniones de todos resulten necesarias para ir progresando.


José Luis Senlle
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jueves, 25 de noviembre de 2010

YA SE VAN.


Desde que falleció Néstor Kirchner y la Sra. de duelo; nuestro país se encuentra a la deriva, con fanáticos sueltos sin jefe político, desorientados, luchando sin objetivos.
La desidía actual de los gobernantes parece inaudita, el país, dirigidos por fantasmas; parecemos una película de terror, al estilo del Hombre Omega o Soy leyenda; aquellos que salen a maltratar por las noches y sin saber porqué, también están desgastados. La tropa llegará a las elecciones, agotada.
Ese agotamiento es producto de carecer de objetivos internos, de planificación y la supuesta desorganización de los opositores.
Desgasta no saber contra que o quienes luchar.
El partido gobernante no es Peronista, es un engendro entre montoneros, leninistas y trotskistas, obviamente todo mezclado, ideologizado y sin sentido común; que se dedicó todos éstos años a arrasar campos, aplicando las mismas técnicas que Don Manuel Belgrano en el éxodo Jujeño.
Quedará tierra arrasada por el fuego y el odio, y nosotros, sus habitantes con ganas y fuerzas de construir sobre pastizales muertos.
Quedará nuestra gente maltrecha y con hambre, pero con la esperanza que esto se termine, ya se van.
Solo pido a los que quedamos vivos, la simple reflexión de juntarnos, que nos pongamos bien, que el futuro es nuestro, falta poco. Ya se acaba.

José Luis Senlle
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domingo, 14 de noviembre de 2010

EL JEFE PSICOPATA Radiografía de un depredador. 1° ed. Buenos Aires: Libros del Zorzal 2010-11-14 192 pág. 20x14 ISBN 978-987-599-162-0


El Dr. Hugo Marietan, famoso psiquiatría y orgullosamente argentino, a quien tengo el privilegio de conocerlo y de nutrirme con sus palabras; incentivado por todos nosotros y por los gobernantes del cono sur, escribe éste libro.
Comienzo a leerlo y desde el prologo atrapa. Dividido en: Introducción, 9 capítulos y un apéndice, reza sobre los avatares del poder y de la mente de un gobernante.
El libro tiene muy buena encuadernación, y por sus medidas se puede llevar en el bolsillo, carece de partes poco importantes, de hecho, no se puede subrayar lo importante, porque es un todo.
Define las características de la personalidad psicopática, y con lenguaje sencillo, está escrito para la población en general, y para los líderes jóvenes en particular.
Debo decir, que le saque provecho, porque descubrí en él, la personalidad psicopática de dos de mis jefes.
Marietan, da consejos como tratarlos y como salir del juego psicopático que proponen los psicópatas. Describe en sus nueve capítulos las características de los jefes y de sus mandados, que es un líder natural y un extravagante.
Es un libro de lectura, con esa extraña mezcla de libro de estudio y de consulta.
Estoy orgulloso de haber leído y aprendido como se debe hacer y qué es lo que no se debe hacer, en los avatares de la política.
José Luis Senlle
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miércoles, 3 de noviembre de 2010

ADMITO

Si es por Admitir,
Admito que estoy preocupado.
Admito que la intolerancia en nuestro país se ha convertido en algo común, más que comprar pan.
Admito que ya no se puede comprar pan, porque es un lujo.
Admito que lo mejor de la clase obrera es no trabajar.
Admito que no trabajar aumenta la intolerancia.
Admito que se carece de plan porque si no se tiene un plan o proyecto, no habría intolerancia.
Admito que la intolerancia reina.
Admito que la Reina ha quedado sola, también admito su necedad.
Admito que la necedad de algunos sectores se consolida porque son sectarios.
Admito que los sectarios tienen guerra entre ellos.
Admito que los sectarios tienen verdades absolutas y que no entienden de relatividades.
Admito que el absolutismo, es la verdad de los sectarios.
Admito que existe además, un manejo soberbio en los sectarios, por creer en la razón absoluta y que la razón absoluta existe cuando no hay ojos para mirar otras razones.
Pero lo que no admito en absoluto, el absolutismo hacia la sociedad.
No admito la guerra planteada entre los sectarios y los que no lo son.
Porque los sectarios del poder, intiman a los no sectarios.
No admito la intimación, ni la guerra,
Porque la sociedad que no la quiere.

José Luis Senlle
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domingo, 31 de octubre de 2010

VENGANZA O LOS PARALELISMOS DE LA HISTORIA

Lorenzo de Medicis, fue un estadista nacido en 1 de enero de 1449, sus contemporáneos lo conocieron como Lorenzo El Magnífico, su vida coincidió con la cúspide del renacimiento medieval, la edad de oro de Florencia. Su abuelo, Cósimo de Medicis, fundó el primer imperio bancario de la historia y gasto parte de su fortuna en acciones de gobierno, el padre de Lorenzo, también desempeño un papel importante en la política de la ciudad por aquellos años.
Lorenzo fue considerado el más inteligente de cinco hermanos y cuyo tutor, fue el diplomático Gentile Becchi.
Con veinte años y a la muerte de su padre, se hizo cargo del estado florentino, apoyado por el reino de Nápoles.
Un domingo de abril, de 1478, concurrió a misa con su hermano Juliano de Medicis, el cual, fue asesinado por un puñal en la espada, por un miembro de la familia rival, Los Pazzi; Lorenzo, escapó de la iglesia, con el dolor de la muerte de su hermano.
Este hecho, conocido en la historia como la conspiración de los Pazzi, desató una escalada de violencia por parte de la familia Medicis hacia toda la ciudad de Florencia y ésa actitud llevó a la historia a considerar a Lorenzo como un déspota.
La historia sigue cuando un joven monje llamado Girolamo Savonarola carga públicamente contra la descendencia y maldad de la ciudad y cuando Lorenzo muere en 1492, Savonarola lleva a la ciudad hacia la furia de la purificación fundamentalista quemando todo lo perteneciente a los Medicis en la plaza pública, hecho conocido en la historia como la Hoguera de las Vanidades.
Ahora bien, el por qué de ésta historia: se puede comparar la muerte de Néstor Kirchner, con el humillante asesinato de Juliano de Medicis; según la historia, sobreviene una escalada de violencia que pondrá en vilo a la república.
El ejército de mercenarios, descripto por Maquiavelo, quedó descabezado por la muerte de éste personaje que pretendió ser como Cósimo o Lorenzo el magnífico, con violencia y afán de venganza.
La pacificación de la nación depende de la templanza de una Sra. que posee un ejército sin conducción y con mucho odio al frente, que no sabe cuál es su enemigo, porque su lider no dejó claro contra que o quienes luchaban.
Se abren nuevos caminos, la oposición es pacifista y no va a luchar contra ningún ejército sin conducción.
Lo que molesta es la incertidumbre, de nunca haber tenido un plan, un proyecto y una conducción pacifica.
Se verá en los próximos días, como parte de la corte asume el duelo. La templanza, inteligencia y alquimia de una Sra. herida por la muerte, transformen algo amorfo en algo constructivo para la nación.
José Luis Senlle
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viernes, 29 de octubre de 2010

QUIEN MATO A NESTOR KIRCHNER?

27 de Octubre de 2010, 10 hs., todos los medios estallan con la información, que ya no era primicia.
MURIO NESTOR KIRCHNER!!!!!
La muerte fue calificada como infarto agudo, seguido de un paro cardio respiratorio.
Pero en realidad Kirchner murió asesinado. El primer culpable fue el mismo, con su irresponsable y omnipotente actitud luego de su cardioplastia.
Hubo cómplices, inductores a este suicidio anunciado.
Moyano, Bonafini, Anibal Fernández y parte de su entorno obsecuente, que acusaban a quienes le sugerían que se tome unas prudentes vacaciones y que disminuya su ritmo de actividad, de "enemigos que lo querían sacar del medio".
Y lo invitaban a más y más reuniones en que sus actitudes violentas y provocadoras generaban crisis tras crisis.
En su oportunista odio, tratando de destruir a sus enemigos, cometió errores por imprudencia o por mal asesoramiento . Las acusaciones sobre la compra de Papel Prensa, le generaron furias que no podía soportar, pero nadie le advirtió como fueron los hechos. Papaleo, era la garantía de las acusaciones, ni la prudencia ni la experiencia, ni el recordar quién era este teniente de López Rega, le sirvieron para tomarse un minuto y reflexionar.
Era Don Quijote lanzado contra los molinos de viento, y no quería oír a los Sancho Panza que lo acompañaban (si es que tenía alguno con el coraje de informarlo).
Se da la paradoja, que eran los “enemigos políticos”, quienes le aconsejaban bien, los médicos no ignorábamos la gravedad de su estado, sus ojeras y palidez de las últimas apariciones públicas no reflejaban salud, pero sus “amigos”, sus “aliados”lo alentaban a más y más.
No, no fue el destino que se lo llevó prematuramente, fue un asesinato más, que quedará impune en esta Argentina violenta.
Espero que la presidenta, en el tiempo que le queda de gobierno, entienda quienes son los que buscan el poder con el solo objetivo de llenarse los bolsillos, y quienes tienen aún vocación para recuperar una argentina en paz social y democracia plena.
Hoy Néstor Kirchner es historia………..
Alberto Schvarzer

miércoles, 27 de octubre de 2010

LA MUERTE DEL LIDER.

La muerte repentina de un líder siempre es un evento traumático en cualquier grupo humano. El grupo está habituado a un estilo de mando, a una manera de obedecer. Esto se da tanto en los que siguen al líder como en sus detractores. Por una característica de lo humano, los individuos se adaptan a los líderes, si estos ejercen su mandato largo tiempo. Cuáles son los efectos inmediatos de esta muerte? Primero el estupor, desde luego, el golpe de la conciencia de la muerte que no termina de ser asimilado e implica un parate mental que genera una parálisis de la conducta. El individuo no sabe qué hacer. Después la incredulidad, una irracional esperanza de que la noticia no sea cierta, que haya un error. En realidad, esto es una defensa y un ganar tiempo para que la mente se pueda ubicar en la situación. Este periodo es variable en cada individuo. A esta etapa le sigue la aceptación y, finalmente, la resignación ante la pérdida del conductor. El darse cuenta que se ha perdido al conductor genera incertidumbre y con ella el temor por un orden nuevo, no previsto, impensado. Inevitablemente la flecha del pensamiento cambia de sentido, del fallecido gira hacia el individuo vivo: qué pasará conmigo ante esta nueva circunstancia? Qué pasará con lo que he ganado o conseguido con el antiguo líder? Este egoísmo está siempre presente una vez que se despejó algo de la conciencia.

La radiación del las etapas que he planteado es más intensa entre los seguidores inmediatos del líder y va aminorando a media que se aleja del centro de poder. Ocurre una expectación generalizada sobre lo que pasará de ahora en más. Es vital que el líder suplente emita un mensaje tranquilizador, así como los líderes opositores deben manifestarse en pro de la continuidad del sistema tal como estaba. En estos momentos la mente de la gente no está para discusiones o propuestas contrapuestas. De ser así se puede desembocar en una crisis grave e irreversible. Después de la muerte es el tiempo de la serenidad. Del mensaje de calma. Los contrincantes deben envainar las espadas y reflexionar. Necesitan, imperiosamente, que los ánimos se calmen. Que aquellos que viven con dolor la muerte del jefe no trastoquen ese dolor en ira. Que aquellos que lo odiaron se llamen a sosiego y no despierten con su alivio o su alegría la ira de los dolientes.

Esta muerte, sin embargo, tiene muchas particularidades. No murió un líder común, sino uno muy especial, casi un rey por su manera absolutista de gobernar. Un ser vehemente que no aceptaba críticas ni otros líderes dentro de su grupo, alguien que no delegaba, que ejercía un control hasta en las acciones mínimas, que manejaba el miedo, hasta el terror, entre sus allegados. Los hombres que lo secundaban en su mayoría lo conocían de años y tenían impregnado en su mente este estilo absolutista, refractario a la contradicción y los que en su momento la ejercieron fueron quedando en el camino, de tal forma que los que persistieron constituían el sedimento de ese largo proceso de mando y tenían grabado a fuego la impronta K.

El líder, a su vez, tenía tal convicción de mando que ceñía con naturalidad su corona, afianzada por su experiencia con la doble gobernación, con su periodo presidencial, y su regencia en el periodo actual de gobierno. Pocos se oponían a sus deseos, y los que lo hacían se encontraban con un contrincante tenaz y hostigador que doblegaba sus voluntades rebeldes.

Ha muerto. Y los que quedaron están acostumbrados a obedecer, no a generar iniciativas de mando, no se le estaba permitido en vida del líder.

Es ineludible la batalla por el poder entre los segundos del ex líder, cada uno se verá bendecido como continuador del jefe. Estas turbulencias internas del poder serán más peligrosas para la gobernabilidad que lo que puedan hacer desde afuera los opositores.

La presidente, perdido el referente natural, deberá recurrir más a su instinto para encontrar su estilo propio que a intentar repetir el estilo del líder fallecido. Es, ciertamente, el tiempo de dar un giro nuevo y convocante para apoyarse en las fuerzas significativas del arco político a fin de llegar a buen puerto hasta las próximas elecciones. No será fácil pilotear la infinidad de intereses contrapuestos y las ambiciones desmedidas, coordinarlos hacia una dirección. Pero ella está ahora ahí, en el puesto de mando.

Mientras tanto, los argentinos masticaremos incertidumbres, angustias y sobresaltos, y, aunque fogueados de crisis, también estamos acostumbrados a mantener alta la esperanza a pesar de los más extraños avatares.



Hugo Marietan, octubre 2010