La
actual cultura extranjera que estamos viviendo, viene de Europa desde los años
90, comienza en España en 1975 con el famoso “destape”; extendiéndose por las
zonas de baja cultura española hasta a la zona del sur de Italia.
El
feminismo se expande en Latino América bajo la presidencia de mujeres,
comenzando por el centro del continente, bajando hacia el sur en los años 2000.
Ese
feminismo incipiente por aquellos años, asoma en Argentina con las presidencias
Kirchner, feminismo férreo, tenaz, cabal que logra convertirse en extremo
derecha en lucha por los derechos de la mujer.
Los
hombres, por lo menos de mi parte, adoramos a las mujeres; lo que los hombres
no pueden tolerar es el extremo, es por eso que a éste movimiento se lo llama
feminazismo.
Una
mujer con ideas extremas, deja de ser mujer para pasar a ser una activista
política de extrema derecha; tanto es así que luchan por los derechos de ellas
mismas, no siendo empática con un ser humano que llevan dentro y más extremo
aún, es cuando no se considera la opinión del padre de la criatura por nacer.
Una
mujer con ideas extremas es un hombre con ideas extremas, todos los fanatismos
son impuros por naturaleza y más al extremo de matar a un no nato que, no puede
hablar; lo indignante es no consultar al hombre que puso el espermatozoide.
Los
hombres tenemos los mismos sentimientos y juicios razonables que las mujeres,
no hay distinción entre hombres y mujeres en éstos casos.
Es
verdad que merecen sus derechos pero, no al extremo de matar o matarse con una
cuchara intra útero… Y el bebé?... Y el hombre que lo hizo?.
Éste
tipo de mujeres olvidan ex profeso que nacieron y la mitad de sus genes son
masculinos, de su propio padre. De hecho tampoco respetan los genes paternos
que llevan en cada célula de su cuerpo.
Faltarle
el respeto a su propio cuerpo, es íntimo; desnudarse en plena vía pública es
extremista y lo único que logran es que el hombre mire para otro lado; de hecho
los hombres no somos machos y no merecemos la muerte por serlo.
El
universo siempre fue y será dual, hombres y mujeres debemos convivir y vivir comprendiéndonos
y siendo empáticos, porque no hicieron para amarnos y completarnos.
No
dudo que cada uno tiene derecho a realizar con su cuerpo lo que quiera pero,
hay otros métodos; no estoy en contra de la despenalización, para ello, lo
primero que hay que hacer es cambiarle la letra a las constituciones y a los
tratados internacionales firmados por nuestro país.
Se
necesita debatir, que hacemos con lo escrito y que hacemos con Dios.
JOSÉ LUIS SENLLE
M.N. 84 740