domingo, 16 de septiembre de 2012

LA DOCTRINA


El socialismo, como lo conocemos hoy día, existe para ciertas culturas de Europa del este; la ideología socialista, vino a la Argentina a finales del siglo XIX, y en nuestro país actual constituyó la derrota del pensamiento científico, José Pablo Feinmann y asociados, están equivocados y salen a dar clases por la televisión pública.

Es evidente que la filosofía política no necesita genios, los asuntos humanos son complicados en sus detalles pero simples en sus principios.

La justicia social puede lograrse sin filosofías ingeniosas importadas, con cosas como el desinterés y practicando algunas verdades del sentido común; cuando hablo de sentido común lo hago desde el punto de vista empático; cuando uno hace cosas que no le gusta que le hagan, se carece de empatía y el gobierno pasa de ser socialista a autocrático.

Querer innovar y volver a la democracia empática es trabajar con vistas a quince años, comenzando por poner orden en nuestra sociedad desde hoy mismo.

Las doctrinas no son eficaces por su novedad, sino por la energía que transmiten y el espíritu de sacrificio de los hombres que las sirven. Es difícil saber si el kirchnerismo sirve en éste sentido, ya que no hay doctrina ni modelo escrito.

Hoy el kirchnerismo es algo quemante para muchos hombres, la manera y su forma no condicen con la idiosincrasia de la sociedad, han quedado en el camino cerebros desparramados en el fanatismo y la obligación de pensar y profesar “el modelo” por unos cuantos pesos a fin de mes; y como eso no alcanza, traemos extranjeros pagos para que avalen un movimiento que le queda poco.

Hay una cierta forma de éste “modelo”, léase doctrina, que detestamos más tal vez, que la tiranía. Es la que descansa en el optimismo que se apoya en el amor a la humanidad de una viuda solitaria, para eximirse de servir a los hombres, en el progreso inevitable, para evitar las cuestiones salariales y en la paz universal para evitar los sacrificios necesarios. Este “modelo” se basa solamente en el sacrificio de los demás, sin comprometer a quien lo profesa. El kirchnerismo tiene miedo de todo, incluso de la revolución.

Queda claro que el argentino de hoy, no cree en doctrinas absolutistas e infalibles, sino en el mejoramiento obstinado, caótico pero incansable de la condición humana.

Para ordenar la justicia de esto, que se llama modelo nacional y popular, hace falta una revolución intelectual, agiornada con la globalización. Ya que desprecia al hombre desde lo particular y a la sociedad en general.

Es evidente que éste modelo, totalmente improvisado, destruye a la clase trabajadora, la educación y la justicia. No hay fidelidad de todo nuestro ser ni para nosotros ni para con los demás, y ni existe país sin compromiso.

José Luis Senlle

www.jsenlle.blogspot.com

sábado, 15 de septiembre de 2012

EN UNIÓN Y LIBERTAD


Somos un fenómeno, lo dicen los periodistas de televisión, luego de la famosa ley de medios kirchnerista, lo dice Hugo Moyano, la ensalada de la CTA, el Momo Venegas, Mauricio Macri, los diputados y senadores de la lastimosa oposición; quienes durante años estuvieron callados, manejados por unas monedas provenientes de Ciccone. Ahora nadie sabe cómo se llama.

Por no hablar antes, toda la franja opositora se quedó sin palabras al ver y oír el clamor realmente popular. Todos buscan respuestas a lo que pasó: El narcokirchnerismo, que va por todo sin mirar a quien atropella; la oposición adornada con dinero falso; los sindicalistas comprados y los dados vuelta, se rascan la cabeza, desorientados.

De la plaza del 13 asombraron la educación y el respeto, emocionantes saludos unos a otros ya conocidos por fotos y comentarios en las redes sociales; el “buenas noches, vecino”, el cuidado del césped, la falta de aerosoles para pintar monumentos, asombraron la falta de palos y pasamontañas.

He visto familias enteras, abuelos con nietos en los hombros, pareja de novios, amor fraternal. Les asombró la educación y el respeto entre nosotros, cosa que ellos carecen; entre ellos hay obediencia sin empatía, mientras que en nosotros hay empatía sin obediencia.

Somos exactamente lo contrario a ellos, han dividido al país en dos, los educados y los atropelladores del gobierno.

La reacción de los corruptos es hablar mal, como lo hizo el jefe de gabinete nacional, el hijo del montonero Abal Medina.

Ella vivó un goce, pero al revés, diciendo que no la vamos a poner nerviosa, forma implícita de decir “a mí de acá nadie me mueve” y se recluye en su lugar en el mundo, El Calafate.

Ahora silencio total gubernamental, el “vamos por todo” lo pensaremos mejor.

Les quedan 3 años de gobierno, recuerden que el fraude fue hace un año y le llenaremos la plaza cuantas veces sea necesario, con flores, pancartas y educación, mientras ellos se asombran y critican.

Ya no nos interesa si la oposición se junta, no escucharon durante nueve años, ahora no nos importa; sabemos que somos la oposición que el país necesita y el 13 de setiembre, estuvo entre nosotros, saludando a la gente y proponiendo ideas.

Tengo esperanzas que en unión y libertad saldremos adelante, sin ellos y sin los otros; construyamos desde abajo, con buenos cimientos y compromiso.

José Luis Senlle

www.jsenlle.blogspot.com

miércoles, 5 de septiembre de 2012

EJES Y COLORES


La comunicación.

Aquellos que disponen de información histórica tienen más oportunidades de ver el presente con objetividad y evaluar parte del futuro probable.

Es cierto que la gran mayoría de la población, incluyendo a quienes toman decisiones y tienen cierto poder, no dispone de dichas informaciones. ¿Por qué? Porque vivimos en un sistema de comunicación, y no sólo de información, que no da noticias del mundo en que vivimos, incluso, que nos proporciona una imagen completamente falseada y nos impide ver qué ocurre.

Los medios de comunicación tienen el poder de variar la información que se tira a la audiencia, modificando el estado de conciencia colectiva y si esos medios son manejados por el poder central, más manipulada estará la información. Un ejemplo de lo que digo es la famosa cadena nacional, la mandataria toma la información y la dice ella misma, no confía en los periodistas ni en sus propios canales y diarios, a su vez, intervenidos por el estado. Ocupar las primeras planas durante cierto tiempo es ocultar lo que pasa en el mundo.

Juan Domingo Perón, en su libro “conducción Política” dice que se trabaja en los cargos ejecutivos con tres temas: La información, el secreto y la sorpresa.

Manejar la información, manipularla, darle forma y mantenerla en secreto por el tiempo que sea necesario para luego tirarla y dar la sorpresa; en éstos tiempos poseer la información es tener el control y el poder.

Se puede engañar a pocos durante mucho tiempo pero no se puede engañar a todos, todo el tiempo. De manera que, las cadenas nacionales que estamos escuchando a diario, no es nada más ni nada menos que un arte de engaño para una pequeña masa que no recibe información.

Una comunicación indecente (es decir, desprovista de valor intelectual, de decencia, de cultura) y manipulada (es decir, engañosa, bajo las múltiples formas que pueden inducir a error a aquellos que la reciben) priva a la población de inferencias intelectuales con las cuales defenderse. Un país no se puede considerar una democracia si una gran mayoría de su población está sometida a una comunicación manipulada y a una información fundamentalmente falsa.

El cuadro que tenemos ante nuestros ojos nos muestra que están a punto de robarnos la democracia, aunque no nos impidan ir a votar. Mejor; así seguiremos yendo a votar sin darnos cuenta (u olvidando) que el ejercicio de la democracia es algo muy distinto del ejercicio del voto. Este último no es más que una parte necesaria, pero no suficiente, para que se pueda calificar a una sociedad de «democrática».

Es evidente que el ejercicio del voto pierde todo su sentido y se convierte en un procedimiento puramente formal si los votantes ya no están cualificados para elegir, para ver la diferencia entre las variantes, entre los programas, entre las opciones. Y la información es lo que nos permite saber qué nos conviene elegir.

Mao y su legado.

El eje La Habana, Caracas, Buenos Aires es fundamental para entender que es lo que está pasando; éste eje tiene una pieza primordial arriba, falta un escalón y ése escalón se llama China, ya con su satélite Rusia.

Los líderes fundamentalistas y populistas de los países de “el eje rojo” dividirán al mundo en dos y se están armando para una guerra mundial en contra del eje OTAN conformado por Estados Unidos, Gran Bretaña y la Comunidad Económica, incluida Alemania.

A finales del año 2002, el Pentágono difundió un documento que llevaba una firma muy importante, la de Donald Rumsfeld. En 2002, Donald Rumsfeld no era todavía ministro de defensa, pero es importante no perder de vista el hecho de que desde finales de 2002 el Pentágono calculaba que en 2017 el enemigo principal de Estados Unidos sería China. Se puede preguntar, ¿por qué en 2017 precisamente?

Porque es el resultado de los cálculos y las extrapolaciones efectuados por los centros de investigación militar. Basta con introducir en la computadora, como seguramente lo habrán hecho los analistas del Pentágono, los datos de tendencias demográficas, económicas, tecnológicas y militares de China para constatar que si el crecimiento de China prosigue al ritmo actual de 7-8% de su producto bruto como media anual (como lleva haciendo durante unas dos décadas), hacia 2017 mil trescientos millones de individuos comenzarán a consumir “demasiado”. Es decir, que comenzarán a comer tanto pan como nosotros, a beber tanta agua como nosotros, a poseer tantos coches como nosotros y a consumir tanta gasolina como nosotros.

Hay una enorme tensión social en el mundo, que ha crecido más allá de todo límite precedente, entre ricos y pobres. El número de ricos se restringe, mientras se vuelven más y más ricos, y el número de pobres aumenta, mientras se vuelven más y más pobres. La globalización ha producido una enorme cantidad de riqueza en una mínima cantidad de personas.

¿Cuál es la solución a todo esto? Supone sentarse todos juntos a la mesa (los representantes de Occidente, de Europa, de América, de China, de la India, del mundo árabe, todos juntos), sacarse las pistolas de los bolsillos y dejarlas a un lado. Supone que comencemos a conversar de igual a igual, honestamente, sobre el modo en que tenemos que vivir, salvar nuestro planeta, evitar poner en peligro nuestros glaciares, nuestros recursos; que nos pongamos a pensar en el futuro de nuestros hijos y de las generaciones por venir.

Es una de las posibilidades. Desgraciadamente, no es la más probable. ¿Cuál es la alternativa? La guerra. Por eso vamos hacia la guerra.

Vamos a la guerra porque el grupo que dirige los Estados Unidos y todos los grupos dirigentes occidentales son incapaces de decir la verdad sobre la situación actual del mundo. Estos hombres no tienen ni las herramientas culturales, ni la intención de hacerlo.

El aspecto esencial es que no se trata sólo de una lucha entre los ricos y los pobres del mundo. Nos enfrentamos a una lucha completamente inédita, que no puede contrastarse más con las viejas teorías del imperialismo, sino en términos más bien de supervivencia pura y simple del ser humano.

Es por eso que pido, que se rompa el eje rojo, para poder dialogar y enfrentar situaciones en las mesas de negociaciones. Solo los habitantes de éstas tierras pueden lograrlo si abren los ojos y piensan que el fin no justifica los medios; el mundo no ha cambiado pero los sistemas se agotan cada cincuenta años y debemos ser creativos para evaluar e inventar que sistema queremos.

Pongo mis ojos en Venezuela; en octubre habrá elecciones, esperanzado que lo rojo se transforme en verde.

Fuente de estudio: Giuletto Chiesa.

José Luis Senlle

www.jsenlle.blogspot.com.ar