sábado, 26 de enero de 2013

VIAJE


Todos los libros, mitos y cuentos que ha leído la humanidad; se tratan de viajes que siempre nos enseñan algo.
Por ejemplo  el de Orfeo, sobornando a Caronte con su música para cruzar el rio Estigia, para entrar al inframundo de Hades y rescatar a su amada Eurídice. Convencido Hades por su esposa y compañera Perséfone, deja salir a Eurídice con la condición que Orfeo no mire si su amada lo sigue, desgraciadamente, el dios de la música, tuvo curiosidad y Eurídice regresó al inframundo.
Homero nos ha enseñado desde la Ilíada y la Odisea, otros viajes; el de  Aquiles hacia Troya y el del  regreso de Ulises.
Una de las historias más interesantes que he leído fue la Odisea; la historia de Ulises, arquitecto y estratega  Troyano, quien construyo un caballo de madera, primero como maqueta, la cual  cabía en su mano, para luego, junto con sus compañeros,  construirlo en gran escala, engañando a los troyanos para que lo entren en su ciudad.
Por destruir Troya, Ulises fué castigado por los dioses,;  con la maldición de Poseidón, dios de los mares, hermano de Hades y Zeus, hijos de los dioses titanes: Cronos y Rea.
Perdido en el medio del mar, Ulises, también llamado Odiseo,  viaja, esta vez de regreso a su casa en la isla de Ítaca, donde lo esperaba Penélope y su hijo Telémaco.
Transcurridos diez años de pruebas engañosas superadas logra llegar a su casa, disfrazado de mendigo, sabio y ya viejo por su pasada vida; lo primero que hizo fué deshacerse de los antiguos amigos que pretendían a Penélope y a su reino quienes lo daban por muerto.
Los grandes viajes, guerras y conquistas duran aproximadamente diez años. Es el paso del tiempo para que un hombre se haga hombre.
Al igual que los protagonistas mitológicos, me he recluido por unos meses, tocando el  fondo en todos los lados en el que divagué, busqué y  me dije mi verdad.
Fue como un viaje, un largo viaje hasta el centro de mí, encontré lo que buscaba.
Más experimentado, más sabio, nos volveremos a reencontrar con este hábitat virtual que he construido. Gracias por esperarme.

José Luis Senlle