Sinceramente es deficit hablar de la Libertad debido a la abstracción del concepto y a la diferencia de concepciones sobre la misma palabra. Es por eso que decidí, por una cuestión didáctica, elaborar una suerte de evolución del concepto Libertad a través de diferentes etapas de la historia del hombre:
Para los antiguos griegos, la LIBERTAD es propia de la república griega, donde las tareas de gobierno eran ejercidas directamente por los ciudadanos mediante la efectiva intervención del individuo en los asuntos públicos. La libertad es concebida como idea de participación en la res (cosa) pública. Libertad como ejercicio colectivo de la soberanía a través de la integración del individuo en el proceso de toma de decisiones; las cuestiones que a todos afectaban debían ser por todos decididas. Por supuesto, el “todos” aquí no incluye mujeres, esclavos ni individuos ajenos a la polis. El espacio de lo público absorbe la esfera de lo privado y el individuo de diluye en el “todo social”, como consecuencia del ejercicio de su derecho a votar. En definitiva, la libertad es concebida como una sujeción completa del individuo a la autoridad de la multitud reunida.
Aristóteles, en particular, establece la libertad como principio de la democracia apunta al derecho del ciudadano a vivir como le agrade, a respetar sólo en la medida que es respetado, a obedecer en la medida que puede mandar.
Para los contractualistas modernos el concepto de libertad cambia, muta:
Thomas Hobbes, en su libro “El Leviathan”, entiende a la libertad como paz. Para que los hombres puedan evitar la anarquía total donde, al aplicar la justicia por mano propia , el hombre se convierte en el lobo del hombre, necesitan cederle su derecho de autogobierno a un soberano con poderes discrecionales para poder vivir en paz. El hombre no es libre si no vive en paz.
John Locke, fuente de inspiración de Voltaire y Montesquieu, creia en que el la libertad del hombre sólo se conseguía limitando el poder del soberano por la ley y la división de poderes. Es en ese límite a la potestad del soberano, regido por ley lo que hace que el hombre sea libre. Locke fue defensor de la monarquía parlamentaria /limitada por ley.
Jean Jaques Rousseau, en su libro “el Contrato Social”, entendió que los individuos eran libres cuando se asociaban en sociedad para fundar una VOLUNTAD GENERAL, diferente de las voluntades individuales, de la cual formaban parte, pero a su vez estaban sujetos. La Voluntad General era suprema, su poder indivisible, y por su naturaleza de soberana, creadora de las leyes. El hombre asociado y sujeto a la Voluntad General era un hombre diferente, un hombre libre. Rousseau, creía en la democracia como una de las formas de gobierno más propicias.
Estas ideas tendieron a una racionalización y una positivización del concepto de libertad. Ahora se entendía a la libertad, en general, como un límite al poder discrecional del soberano a través de la ley. Pero esta ley ya no provenía de Dios, sino de hombre, un hombre libre que tiene injerencia en la sanción de leyes a las que se someterá. La ley era el resultado de la Libertad y al mismo tiempo su principal garante.
Las ideas impulsadas por estos autores fueron fundamentales para los procesos revolucionarios de la Francia de 1789, la Independencia Norteamericana en 1776 que fomentaron una ola de procesos independentistas durante el siglo XIX.
Me viene a la cabeza la imagen el cuadro de Delacroix de 1830 denominado “la libertad guiando al pueblo”, con la imagen de Marianne, la personificación de la república francesa, llevando el gorro frigio, como símbolo internacional de libertad y republicanismo.
La Declaración Francesa de los derechos y deberes del ciudadano, cristaliza los esfuerzos de racionalización y positivización y aporta una definición importantísima de libertad en tanto establece que “los hombres nacen y viven libres e iguales en derechos” , asi como “la Libertad consiste en poder hacer todo lo que no daña al otro, así el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre, no tiene más límites que aquellos que aseguran a los demás miembros de la sociedad el goce de los mismos derechos. Estos límites no pueden ser determinados sino por ley“. Asimismo, establece la libertad de pensamiento, opinión, prensa, religión, etc.
El concepto de libertad que inspiró a la Revolución Francesa sigue estando vigente hoy día.
De hecho La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, recepta los principios revolucionarios, Libertad, Igualdad y Fraternidad cuando establece que “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos y, dotados como están por naturaleza de razón y conciencia, deben conducirse fraternalmente los unos con los otros"
No obstante esto, el concepto de libertad se amplía, en tanto en la Carta de las Naciones Unidas de 1945, en el preámbulo, se propone un concepto más ambicioso de la libertad que promueve el progreso social y la elevación del nivel de vida , y con tales fines a practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos.
En la misma linea argumental, el pacto de Derechos Civiles y Políticos, así como el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, proponen que no puede realizarse el ideal de ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos. Este incluye derechos tales como la autodeterminación de los pueblos, derecho de los países a desarrollarse, derecho al trabajo, a afiliarse, protección a la familia, alimentación, vestimenta, derecho al disfrute más alto nivel posible de salud física y mental, derecho a la educación, etc.
Puedo decir que esta ampliación del concepto de libertad es, en general, programático, y está estrechamente interrelacionado con los conceptos de Igualdad y Fraternidad, y que propende, en mi opinión, a una reducción paulatina de la brecha entre las posibilidades formales y las posibilidades reales de los individuos para vivir en libertad.
En conclusión, la idea o concepto de libertad actual no se puede entender sino como una construcción histórica. Ese proceso o evolución en el concepto no fue gratuito, sino que le costó a la humanidad siglos de luchas cruentas y un sinnúmero de muertes para lograr lo que es hoy día.
Federico G. Hirsch
José Luis Senlle
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