sábado, 10 de septiembre de 2016

LAS IDEAS NO SE MATAN



Para dirigir una operación de bandidaje, la elección del jefe es fundamental, el mismo tiene que imponerse mediante la fuerza, no por la fuerza física, sino por la fuerza moral y los malos usos de la fuerza moral y ética, yo los llamo psicópatas.

Con éstas dinastías, las tribus se sienten más fuertes y la necesidad de defender el botín mal habido, el psicópata reclama un comando permanente; los primeros en comprender esto, son los brujos y hechiceros que creen que la sabiduría les vino de un poder divino o diferente al que cualquiera conoce.

Luego de preparar a la opinión pública, se preparan para el propósito de administrar lo robado y se ponen a realizar intrigas dentro de la tribu para administrar la delincuencia.
Estudiado esto la tribu victoriosa se beneficia de un gobierno estable, legitimo y regular.

El psicópata subido a rey o mandatario, al principio, mantendrá contento a su tribu y se instruye en el arte sacerdotal que prepara al rey para gobernar eternamente.

Cuando se acaba su mandato, se hace reelegir, en lo posible indefinidamente, sino lo hace mediante alguien de confianza y; éste lo toma obedeciendo las reglas que el mayor impone. Se llama Obediencia.

El que llega al poder mediante la obediencia se le impone un perfeccionamiento intelectual que puede durar meses o años (típico ejemplo Nicolás Maduro en Venezuela); ese perfeccionamiento lo estima dios mediante un ave, pájaro o lo que sea.

El arte de gobernar es prácticamente imposible aplicarlo en las democracias actuales, porque como se está enseñado y aprehendido ya es inocuo a los iluminados que verdaderamente han aprendido éste arte sacerdotal; el arte sacerdotal es el real arte, los que aprendieron los reyes en la antigüedad y lleva toda la vida.

Es tiempo de restituir las antiguas tradiciones y no es preciso que las antiguas escuelas del arte disimulen que tienen la misión de preparar a sus adeptos, porque la verdadera realeza se encuentra en el soberano que es el pueblo.

El verdadero soberano es el que tiene conciencia de su dignidad y no puede ni debe reclamar favores humillándose por la cosa pública (Res-publica), el soberano (el pueblo), debe saber que la República es de su propiedad, no debe soportar abusos y velará por no hacerse cómplice de los daños que provoque el que manda (maestro en el arte real, que evidentemente no lo es).

Para ejercer la soberanía de un pueblo, el mandante debe ser republicano y empático; cosa difícil en ésta época porque los que se prepararon para ello, se prepararon mal; ya con una mente que parte del error, llegan por simpatía y la obsecuencia.

El que llega, compra voluntades, no las convence y los cortesanos, obedecen por obsecuentes, no teniendo en cuenta que ellos mismos son presos del quehacer del superior.

Si en su moralidad no se elevan por encima de los esclavos, también serán esclavos y lo que es peor, esclavos de la ignorancia que les enseñó el jefe de la tribu y todas las proclamaciones no cambiaran en nada el destino y, tendrán que soportar el yugo del que los dejó subir al estrado republicano.

No podemos dormirnos sobre los laureles de nuestros padres que independizaron el reino para hacerlo República, ellos nos dieron un regalo que todavía no supimos aprovechar.

No seremos libres sino sabemos sacrificar continuamente las mezquinas ambiciones al bien general.
Un viejo adagio en la política (arte real) que reza: “no se suprime sino lo que se reemplaza”.

La verdadera maestría, lo aprendido, libera de todos los engaños, pero no se adquiere sino al precio de esfuerzos sostenidos, dirigidos contra todas nuestras debilidades intelectuales y morales.

Es mi obligación escribir estas letras, porque aspiro a la verdad, al bien de mis semejantes, a la supresión de los males. Los sabios han hecho escuela de los principios básicos de las enseñanzas griegas de antiguos tiempos, instruyendo a sus discípulos con una vida austera y no temieron atacar públicamente los abusos reales del día, clásico ejemplo es el de Diógenes que respondió con sus recursos naturales a Alejandro y éste quedó boquiabierta cuando le contestó que el rey era Diógenes porque se conocía a sí mismo.

Aquellos que vieron la luz y no se quedan a luchar para mejorar la democracia que ordena el cerebro con el corazón, les digo: Cobardes por no enfrentarse a la escalera del autoconocimiento, es un progreso individual que cada ser humano perteneciente a un pueblo, está obligado a realizar. A sabiendas que el pueblo no debe estar condenado a un infantilismo eterno, se deben dejar las conspiraciones de lado para crecer individualmente.

Una lucha se traba casi fatalmente entre los constructores del porvenir y los conservadores sin coraje de un pasado del que son beneficiarios, mi intención no es hacer la guerra, soy paciente y seguro de lo que hago y digo, estoy orgulloso de las enseñanzas que me han brindado mis maestros; pero estoy viendo con espanto que el sacerdote ignorante sube escaleras de a cinco escalones, no pudiendo físicamente y siendo ayudados por otros sacerdotes más ignorantes para no perder poder.

El renunciar a lo predicho es un simple acto de cobardía, es no terminar de coser la botamanga de los propios pantalones.

Manejo mi ironía para no lastimar a nadie, ni siquiera a los mediocres con cucardas que caminan a pasos agigantados para conseguir algo que no saben ni nunca sabrán manejar, su propia mente y su corazón.

Los filósofos, matemáticos, médicos, etc. podemos permitir reírnos abiertamente, no tenemos prohibido las ironías y ejercer su verbo a expensas de un pontífice infalible cuya soberanía espiritual se equivoca por un prehistórico jefe hechicero.

No me importa, en absoluto, ser cuidadoso de no trastocar nada demasiado bruscamente porque ya está trastocado, solo hace falta decirlo y me animo a propagar mis verdades incendiarias ya que han sido falsificadas las reglas del aprendizaje y la educación.

Mientras no sea la hora de hablar, se callan como marmotas, acumulando nociones reconocidas como verdades verídicas.

El ojo que sabe reconocer a un mezquino, está obligado a descubrirlo y decirlo; si no lo hace se convierte en un cómplice de la estupidez y la maldad.

Soy realista porque veo las cosas, optimista bien informado por investigación propia, un autodidacta que copia perfectamente a su maestro Valentín “Domingo” Faustino Sarmiento, él me enseñó lo que sé.

Y por último cito una frase del padre de la patria, “Serás lo que debas ser, sino no serás nada.” José De San Martín.

JOSÉ LUIS SENLLE
Al Maestro Sarmiento, perdón… No aprendimos nada.

domingo, 4 de septiembre de 2016

UN CONSEJO



Las relaciones humanas se caracterizan por la incomprensión de cada una de las partes.
Mientras cada una de las partes creen tener su razón, las mismas pelean por hacer pregonar la suya; esto es normal pero para terminar la contienda, cualquiera de las dos partes debe, indefectiblemente,  ponerse en el lugar del otro y preguntarse…
¿Por qué el otro defiende tanto su postura, que haría yo si estuviera en su lugar?
La persona que se hace ésta pregunta, generalmente pierde su postura y el fin de la discusión, cediendo su lugar para poner fin a la disputa, entonces cede terreno al que le pertenece para evitar males mayores.
La persona que cede siempre se cansa y es ahí donde termina la tolerancia.
La tolerancia es una cualidad que permite soportar el peso y las angustias del otro, cuando se acaba la tolerancia se acaban las relaciones y las relaciones entran en guerra, desafíos, disgustos y palabras hirientes.
Los psicópatas son intolerantes, son incapaces de tener empatía por el otro, el complementario o víctima del psicópata es demasiado tolerante a las pretensiones de su psicópata.
Según los autores como el Dr. Hugo Marietan, los psicópatas no son enfermos, no son inteligentes, son astutos; solo estudian personalidades, interpretan lo que el complementario necesita y ellos aparecen de la nada, brindando lo que se necesita pero; el precio que hay que pagar es tan alto que incluye la vida espiritual, emocional y hasta la propia vida carnal.
Cuando un psicópata le dice al otro, que no es ni se siente, psicópata;  solo se mira al espejo porque no entiende lo que dice su espejo interior; esto resulta ser un agravio para la víctima y la victima reacciona como puede, por ende se queda anclada, no tiene por donde salir.
El complementario no tiene salida a la vista y recurre a alguien que la ayude, el psiquiatra.
 A mi parecer aunque vea la salida, es inútil, necesitas ayuda y tu ayuda es el contacto cero.
Si, contacto cero aunque tenga hijos, afectos irreemplazables para el complementario, aunque duela, sentirá que algo tuyo murió en el mismo día que dejó a tu psicópata.
¿Qué sufre un complementario?
La muerte en vida;  deja de salir, leer, escuchar música, abandona a sus allegados, a su familia, a sus amigos y debe dejar a sus hijos.
Increíble no?... Es como el cigarrillo de la mañana, el placer que si necesitas, el alcohol que sebe de vez en cuando.
Lloras, pataleas, rompes cosas y te pegas la cabeza contra la pared preguntándote como cuernos me ocurrió esto a mí.
Respuesta fácil de contestar:
Porque sos buena persona, porque das todo para mantener algo insostenible.
Los buenos somos terreno fértil para los psicópatas, monstros del placer y la lujuria, eres la luz para el sol negro que nunca te iluminó, vives en tinieblas cuando estás a merced de un personaje como éstos, es un vicio que se te metió en la cabeza, es una droga.
Con el contacto cero, sufrirás síndrome de abstinencia, lucha contra el.
Escucharás las sirenas como lo hizo Odiseo, solo tienes que atarte y seguir hacia tu destino final… la felicidad del desapego.
UN CONSEJO.
JOSÉ LUIS SENLLE

lunes, 15 de agosto de 2016

EL ERMITAÑO



Cuando se es chico, se quiere ser grande y cuando se es grande, indefectiblemente es un niño.

La voluntad, que radica en el cerebro es una de las virtudes del hombre para ser y hacer cualquier pensamiento; viene desde el engendro, desde el momento en que dos células se juntan para dar paso a lo que somos.
El nacimiento es voluntario, inconsciente pero, voluntario al fin. Nacemos ya con una pisca de voluntad que va creciendo a lo largo de la vida como si fuera un germen que rompe la tierra para florecer y si ese germen se encuentra poco desarrollado, se induce el parto.
Al rato se abren los ojos para ver la luz y esa luz es parte del conocimiento nuestro, digo nuestro antes de nacer, porque los seres humanos sabemos que ya traemos un conocimiento preconcebido que puede explicarse probablemente de vidas pasadas.
Salimos de una caverna oscura y caliente para pasar al exterior, frio y luminoso; sabiendo que somos aprendices en la vida.
En los primeros años todos somos aprendices y no sabemos que lo somos o, lo sabemos inconscientemente; aprendemos de la luz y de los maestros que nos han concebido.
Llegados los 5 años aprendemos lo que es compañerismo cuando los maestros nos mandan a la escuela a aprender compañerismo, un compañerismo agradable a veces, desagradable a veces y es en ésta etapa donde se aprende a sociabilizar con otros pares.
Ser compañero es ser pues, aprendiz de otros compañeros mediante unos tutores que son los maestros de escuela en conjunto con los padres.
Los maestros y los padres perfeccionan su maestría con la experiencia de ser maestros y aprendices al mismo tiempo, el maestro que no hace esto carece completamente de voluntad para ser en los hijos lo que son los maestros entonces ahí, tenemos malos maestros, traidores a su vocación, a su evolución y a su nada misma.
Nunca se llega a la maestría completa en la vida de un ser mayor, por más voluntad que ponga y si le faltan luces para serlo, ésto agrava el problema de la enseñanza de un aprendiz y mucho más la de un compañero.
Para ser maestro, hace falta la voluntad y la luz que le da la experiencia, el maestro que se cree con luz, ya no la tiene porque le falta intensidad, le falta lumen y ese maestro cuando decrece en su voluntad, decrece en sus actitudes, se ve obligado a retirarse a unos cómodos aposentos que se llaman pereza.
Anotemos pues, que la voluntad es una virtud y ésta debe ser intachable para conseguir la perfectitud nunca alcanzada y la pereza es un vicio siempre en la mano, cercada por la luz que se lleva dentro y la luz universal.
Los maestros de la vida, aprovechando la luz y solidarizándose con su voluntad van camino a la perfección, un maestro jamás debe ser amigo y compinche de sus aprendices o hijos porque se pierde toda enseñanza con la confianza que agrega la amistad con el aprendiz y compañero.
El maestro debe ser tutor y nunca amigo porque, el amigo traiciona cuando llega la hora y el maestro no puede traicionar porque cuando lo hace, se traiciona a sí mismo. Ese es el maestro que te da un beso en la mejilla que no siente en su corazón y eso se llama traición.
Los niños y adolecentes son aprendices y compañeros tutoreados por el maestro y el maestro tutor se siente solo, abandonado y perdido cuando no consigue más luz de la que tiene porque un buen maestro se hace luminoso para conseguir más luz de la que tiene porque le hace falta para seguir cumpliendo el fin que se le ha impuesto.
Hace al maestro, el aprendiz y el compañero que lleva dentro de sí y cuando un maestro no se conoce a sí mismo, se transforma en un simple solitario, en un ermitaño que va caminando con un lumen, buscando más lumen para su obra interior; el aprendiz y el compañero, alimentan de cualquier modo la maestría para que él se haga luz y se aproxime a la perfección.
¿Para qué un maestro quiere llegar a su perfección?
Para conocerse a sí mismo, para dejar algo que se llama maestría a un aprendiz/compañero y es lo que yo llamo, para dejar huella en ellos y en la tierra que nos alberga.
Y se acerca a la perfección cuidando a la madre que alguna vez nos albergó y esa madre que es la tierra, la primera que nos dio luz, sino se cuida, muere.
Por eso digo que el maestro es solitario, autodidacta que busca conocimientos hasta llegar al nadir de la cosa a enseñar.
Gracias a su voluntad, el maestro es incansable en la búsqueda de la verdad y tomando de la mano a los hijos aprendices y compañeros que lo ayudan.
Siempre habrá un ojo observando, es el ojo del Gran Arquitecto Universal que también cuida sus conocimientos para que ninguno toque, ni siquiera con su palabra el verdadero conocimiento que no merece y, si lo merece el Gran sabio evaluará la voluntad, en detrimento de la pereza para que ese maestro perdido y solitario aumente su lumen.
El amigo no existe en la faz de la tierra, el amigo de uno es uno mismo, mediante el conocimiento de uno mismo y eso se debe transmitir hacia abajo para la auto conservación de la especie y de la madre tierra que nos alberga.

JOSÉ LUIS SENLLE.

domingo, 19 de junio de 2016

SINDROME DEL BOLUDO



Explico éste nuevo síndrome que apareció en los últimos 12 años de mi profesión, teniendo ya más de la mitad de mi vida ejerciendo la medicina.
No puedo explicar lo que pasa en otros países ya que no he viajado para observar, entonces puedo decir que es un síndrome argentino.
La palabra Síndrome viene del latín que significa “concurso”. El síndrome es un conjunto de signos y síntomas que define a una enfermedad, ya sea maligna o benigna.
El síndrome del boludo es particularmente argentino, visto en los consultorios con estadísticas previas y previstas:
-          El boludo viene a la consulta y dice “estoy enfermo”, cuando se le pregunta de que está enfermo, te contesta: “No sé, Usted es el médico”.
-          El boludo tienen el problema del tango, tiene un inconveniente con la mina y se pone a llorar, acto seguido, aparece borracho en la calle.
-          El boludo es capaz de mirar un partido mientras le amputan una pierna.
-          El boludo se ríe cuando le roban y paga contento para ello, ej.: impuesto al trabajo.
-          El boludo te dice soberbio cuando sufre de estupidez mental crónica.
-          El boludo es, extraordinariamente boludo cuando hace encuestas por las redes sociales para saber si la ex presidente sabía o no sabía del robo absoluto de una República.
-          El boludo acepta grosas agresiones a su bolsillo y dignidad en su trabajo, acepta la palabra del jefe boludamente psicopático que dice “si no te gusta, ya sabe lo que tiene que hacer”.
-          El boludo trabaja de 9 a 17 hs y a las 18 se da cuenta que es boludo y pasa de casualidad por el consultorio porque se acordó que orina con sangre.
-          El boludo le dice presidenta a una mujer que ejerce el poder ejecutivo despóticamente y encima la vuelve a votar en las elecciones.
-          El boludo alardea del iphone cuando no tiene ni para comer y viaja con la sube.
-          El boludo es el que por impotencia discute con su boluda mujer porque no alcanza el dinero para la verdulería pero luce un Rolex trucho de 100 pesos.
-          El boludo es aquel personaje que le dan un puestito de jerarquía y no sabe cómo dirigir, no se da cuenta que es dirigido con hilos de plástico por otro boludo, que también es dirigido por otro boludo en una gran escalera de boludos.
-          El boludo es el que te raja del laburo, con cara de boludo, sabiendo que sabes más que él pero, te tiene que rajar por miedo a que le serruches el piso por boludo y te dice: “No es nada personal” y; si sos un boludo, se la crees.
-          Todo aquel que mire un partido entre dos países que están gobernados por boludos, son boludos a control remoto. Ejemplo: Argentina-Venezuela.
-          El boludo, aplaude a Messi cuando hace un gol, sabiendo que es su obligación, porque cobra para eso y encima lo putea cuando tiene problemas de meniscos.
-          Es doblemente boludo el que vive en una villa, se afana la luz y paga gustosamente Direct tv.
-          El boludo lee y no entiende lo que lee.
-          El  boludo es la persona que cuando se está yendo del consultorio, vuelve a cerrar la puerta y te pregunta, “Cada cuanto tengo que tomar la pastillita, Dr.”?
-          El boludo es todo aquel mediocre que se cree honesto y no sabe la diferencia entre las dos palabras.
-          El boludo es el que ve en el ojo ajeno una paja y no ve la viga en su nariz.
-          Y por último: Nunca trates de cambiar a un boludo, porque el boludo no se da cuenta que es boludo.