sábado, 18 de febrero de 2012
EL GRITO
Muchas veces me pregunto ¿qué es estar dormido?, ¿Qué se siente en la oscuridad vacía?, ¿se piensa cuando se duerme o solo se duerme, practicando para una mortalidad eterna?, ¿Qué tan perfecta es la droga adormecedora que sirve para un sueño tan profundo?, ¿hasta cuándo o cuánto tiempo dura?
Son preguntas que todavía no pude contestarme, busco las respuestas, a veces desesperadamente, otras, con esperanza.
Atino a contestarme, no sé si las respuestas tienen verdades que me satisfagan y no me conformo; hay veces que quisiera probar esa adormidera para entender lo que pasa, pero no me gustan los efectos que produce ese mal, sin miedos pero con respeto porque observo sus efectos adversos.
Pacíficamente el dormido se entrega a las situaciones que desconoce y no ve, no despierta por más ruido que le hagan en sus oídos, no puede preguntarse nada y al carecer de conciencia se deja manipular.
¿De qué hablan, los que hablan de nosotros y ellos; quienes son nosotros y quienes ellos?
¿Nosotros la sociedad dormida y ellos los políticos sostenedores de la jeringa?
Porque no existe entre los políticos el nosotros y ellos, no veo una división clara entre oficialismo y oposición, por que el oficialismo duerme a la oposición. Los radicales son iguales a los peronistas; de los malos sale el comunismo, ese afán de querer controlar al dormido mientras duerme y si alguno se despierta, salen de noche los aterrorizantes para continuar poniendo en las venas la “doctrina” para que ellos puedan seguir “trabajando”, las leyes se aprueban sin discusión y de madrugada, nunca a la luz del día; desconfío de esas leyes.
El grito que uno solo da, se extiende durante un tiempo, el necesario para que los doctores de la noche apliquen su droga y luego salgan los doctores del día a explicar en programas televisivos de política el por qué, sin entender el cómo y no teniendo la visión de futuro a largo plazo.
En nuestro país, todo es a corto plazo, no hay plan, no hay modelo, no hay nada; solo negocios entre ellos, la mediocre y vieja clase política.
No veo separación social, nosotros seguimos siendo de las tres clases clásicas, ricos, medios y pobres. Ellos, la burguesía política son los ricos de la noche, los que roban pero hacen, no sé que hacen todavía porque los medios de comunicación, sospechosamente, no informan lo que ocurre ni de día ni de noche, por ende, los medios también entraron en la clase burguesa y probablemente nos roben los sueños.
Los despiertos nos cuidamos entre nosotros, nunca nos dormiremos y hablando en voz baja somos los vigilantes de la sociedad, somos los odiados, los terroristas del día porque la noche ya tiene dueño, esos mismos que aplauden en las cadenas nacionales cuidando sus negocios.
Los despiertos pronto nos reuniremos para elaborar un plan de destete al adicto; no soy de izquierda, ni de derecha, soy de abajo… Somos esa lava de volcán tratando de salir a la superficie y será de día.
José Luis Senlle
www.jsenlle.blogspot.com
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