martes, 21 de agosto de 2012

LA INJUSTICIA DEL DESMERITO.


Discepolo era un optimista, con las cosas que tenemos a la vista.

Eladia Blazquez.

Por la mañana, cuando me levanto luego de dormir unas 6 horas, espero encontrarme con el sol; no hablo del sol que nos ilumina durante el día, hablo de la iluminación que encontramos en nuestro ser y que contagiados por otros iluminados, salimos a la vereda a enfrentar las complicaciones laborales y patrióticas.

Saliendo a la vereda, busco desesperadamente el sol y me encuentro con las miradas tristes y cabezas gachas de seres humanos que intentan caminar hacia sus lugares de trabajo; el cielo gris, las miradas vacías y los sonidos de los zapatos arrastrándose por el asfalto.

Observo a mi pesar que no es una sensación la desidia y el displacer de la gente cuando concurre a su trabajo, las primeras noticias de la mañana amargan el día, nos mienten nos escupen y parece a propósito pero Argentina está en nuestra contra.

Los vivos son los que mandan, el estúpido tiene un carguito de mandadero y ése es el que manda a los cotidianos zombis laburantes, tapados con una banda roja en la triste cara.

Estos badulaques con cargo, pagados con dinero del estado y disfrazados de secretarios generales, comandantes de no sé qué tropa y recibidos de aplaudidores profesionales que con cada toque de palmas te cobran una fortuna en dólares y como no son ganancias, no pagan sus impuestos; son los que pisotean la cabeza de los que llevan, como pueden, el país hasta donde de.

El idiota, que maneja un escalón intermedio de ésta mediocre formación es más peligroso cuanta más plata gana, lo que trae como consecuencia la altivez del ignorante. Cuando un idiota con poder, presenta actitudes de soberbia, es un idiota peligroso, diría un verdadero asesino de una justa sociedad.

Con el esfuerzo que hace el pobre, para sostener lo que debe sostener en su casa y en su trabajo, debe llevar en sus hombros la marca del idiota peligroso y asesino de los pensamientos justos; el pobre que trata de sobrevivir a la injusticia del desmérito.

Hace muchos años que se viene dando una situación muy particular y es el avance de los incultos con plata por sobre la sociedad; haciendo imposible que los trabajadores puedan levantar la cabeza hacia el sol; van a ver al ciudadano con la mirada traslúcida, pálido y sin sangre, en un estado de anomia, anemia y flacidez muscular.

Con esa falta de energía, que se la vienen chupando hace largo tiempo, los idiotas mayores pretenden darle una subcutánea de optimismo, regalando días laborales para que nos sigan comiendo los buitres estatales.

El anémico mediocre reza por el feriado puente para poder estar con los suyos y no extrañar la miserable cara de su triste y fantasmal jefe.

Preocupado el laburante porque no llega a fin de mes, se evade con la miserable y mentirosa programación, música baja y de aspecto monocorde tocada por cinco extranjeros embebidos en alcohol y con calzones en los dientes.

Unos cuantos salen a gritar, avispados por lo que pasa, pero nadie lee, nadie escucha, porque el aparato zombifero se encuentra en pleno funcionamiento con vino, planes y el “cállate”, no escuchen que éste es un país que avanza todos los días.

José Luis Senlle

www.jsenlle.blogspot.com.ar

1 comentario:

Enrique dijo...

José Luis: hoy le he conocido a Ud. y me encanta su claridad de ideas, profundidad de conocimiento y su valentía para expresarse en estos términos. Felicitaciones!