Es muy difícil manejar sensaciones y premoniciones
pero, la confirmación certifica la sensación.
Cuando me viene esa cosa que, no sé cómo
llamarla, me siento mal.
Yo la llamo séptimo sentido que, no es ni más ni
menos, el sentido común.
Cuando una persona tiene y sostiene ese sentido
común, se lleva mal con la vida, hasta con los llamados amigos.
No encuentro gente como yo que sostenga el sentido común
a rajatabla; lo que encuentro son manojos de personas sumisas y sumidas en un
rol que no les pertenece.
A esos manojos de personas los siento como gente
acostumbrada a la mediocridad de un sistema que nunca correspondió a su idiosincrasia;
el manojo no piensa, solo existe.
Parece que no comprendieron a Descartes y al filósofo hay
que comprenderlo pero, al revés.
Para pensar se debe existir y no se existe porque
piensa.
Ese séptimo sentido es porque se piensa y se piensa
porque se existe y se tiene conciencia porque los seis sentidos están en puro
equilibrio y armonía con la propia mente.
Los factores externos que interrumpen la armonía, se
llama stress, que cuando es mucho, se rompe la armonía y causa depresión que
lleva al suicidio o lleva a un cáncer fatal.
Lamento que falte sentido común, que toda una
sociedad se dedique al consumo y a la sumisión de las marcas, objetos y a la comunicación
con malas letras.
Háganse autodidactas porque la educación dejó de
existir; las personas son malas por una errónea
interpretación de Descartes.
Realmente… Lo lamento.
JOSÉ LUIS SENLLE.
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