Salto |
La envidia y la emulación.
Parientes dicen que son;
Aunque en todo diferentes
Al fin también son parientes
El diamante y el carbón.
Joaquín Bartrina
En un país
con corrupción extrema, dada por mediocres
que nada tienen de patriotas; los inteligentes, amables y luchadores se encojen
de hombros; esperando que todo esto se acabe o que simplemente se esfume en las
muy probables corruptas elecciones con trampa que solo la pueden ver los no
convencidos.
Desde el año 2003 que a nuestro país le falta
protocolo y se fueron comiendo artículos constitucionales, derecho de los
trabajadores, irrespetuosidad a maestros, educadores y curadores. Los estúpidos
han nivelado para abajo, invadiendo canales de televisión y convirtiendo al
común en Homo Videns; zombies de un modelo de mentira.
Todo el mundo espera ver a un periodista de
investigación especializado en corrupción gubernamental que solo muestra en
imágenes de lo que sabemos… Y nos quedamos ahí, absortos sin saber qué hacer,
nadie se anima por temor a ser castigado o catalogado de golpista (palabra que
además de antigua es graciosa).
Nos han tomado el pelo desde el oficialismo hasta la
oposición, saqueando el país en sus tierras, oro y dinero en billetes para unos
pocos que se creen vivos y con impunidad.
Sabemos que lo que pasa en Venezuela, viene
corriendo para el sur y que estamos tomados de rehenes por antiguos
comunistas Stalinistas (claros ejemplos:
Diana Conti y Carlos Kunkel).
Es preciso para el bien de la nación, sacarse a las
lacras de encima, que toda la oposición se una desde el no partidismo sin
pensar en sí mismos y cediendo todo el amor posible al país; para así poder
elevar la cultura y la ética que nos han sacado.
Estoy dispuesto.
José Luis Senlle
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