miércoles, 11 de enero de 2012

ALGO




Me dijo un político alguna vez “el que domina a la masa, domina el mundo”.
El hecho de dominar una masa sin estrategia me parece poco convincente; si bien la masa es sugestionable y crédula, se encuentra generalmente en un estado de atención expectante favorable a las indicaciones que se impone por contagio y establece la orientación.
La masa se caracteriza por la falta de pensamiento crítico, sugestionabilidad, impulsividad, movilidad, irritación, exageración, simplismo, intolerancia, autoritarismo y conservadurismo de sus propias ideas.
El líder dueño de una masa, digo dueño porque el líder las formó o las recibió por herencia, las sugestiona por medio de las imágenes, de las palabras y de los sentimientos. El que controla la masa es un líder generalmente carismático, con las mismas características emocionales que su propia masa; hay una simbiosis entre líder y masa.
El líder que le miente a su masa, está demostrando que la domina, que la entiende y que la apoya para sentirse conforme a sus sentimientos. Ese líder es desconfiado, solo delega decisiones de estado a los mas íntimos, ese líder se siente el rey incapaz de formar equipo.
Argentina hoy, está en manos del hijo de la Sra. Presidente, Máximo Kirchner; tiene un poder delegado por su madre mientras que el vicepresidente se mantiene como figura decorativa para la masa.
Muchas veces me preguntan… ¿Qué hace la oposición en éste planteo de gobierno?
Simplemente nada, la oposición está dormida por falta de líderes respetuosos de la República, cometen el delito de abandono de país, siguen adelante manteniendo y cobrando de sus puestos que paga el estado; es decir, hace lo que le conviene, rogando que la Sra. Se recomponga de su enfermedad, que no sé si es tal, tratando de tener una falsa empatía, mintiendo y siendo políticamente correctos e hipócritas en sus declaraciones.
Miro permanentemente que hay debajo de la estúpida oposición, esa gente pensante, que no forma masa, la que tiene pensamientos propios y sentido común; la que le da vergüenza juntarse porque no quiere parecerse a ellos, a los sufrientes de un aparato rígido que no constituye la democracia.
La gran recolección de pensamientos críticos que leo día a día en las redes sociales me hace pensar y sentir que no estamos solos, que queremos una democracia en tiempos de paz, que no estamos en guerra, que pensamos y proponemos ideas que por falta de fuerza numérica no se nos escucha ni se nos replica; algunos medios de comunicación están comprados, eso se nota.
Hoy, no somos el pueblo que la nación merece, no somos los patriotas que San Martin y Belgrano nos legaron; pero ellos nos mostraron el camino y sabemos que la luz es alcanzable.
Tengo la esperanza que, en algún momento, cuando el despotismo cometa los errores gruesos, el sentido se eleve y seamos causa común para un país que lo necesita.
José Luis Senlle.

1 comentario:

Dora dijo...

Excelente! Adhiero a toda tu reflexión y sumo a tu esperanza.