No hay criminal más grande que el que te mutila la
mente, te lo digo porque a mí mutilaron el cuerpo pero no pudieron con mi alma.
Cuando uno comienza a brillar, a los malos se le
notan las sombras porque entre tinieblas todos somos iguales.
Los psicópatas los veo todos los días, a la vuelta
de la esquina, en el supermercado y en la computadora, lo importante es
alejarse de ellos, contagian, porque son diablos y los mismos tienen malos
pensamientos.
Actualmente todos y sin excepción, los que ostentan
poder son especies de íncubos o súcubos que fueron puestos en el mundo para no
entender a la sociedad y menos a la sociedad globalizada. No entienden nada, ni
miran nada; solo miran su ombligo, no tienen ojos para ver otras cosas, ni las
bellezas de la vida.
Los psicópatas, a los que llamo diablos cotidianos,
suelen tener ággelos que del griego se traduce como mensajeros; son personas de
bajo espectro caracterizados por ser esclavos o rehenes de los mismos; esto es
lo que se llama habitualmente “la corte infernal”.
Los ángeles cotidianos, llamados normales son
hombres y mujeres que estudian viendo la historia y proyectando el futuro,
gracias a la necesidad de dejar en evidencia la conducta repetitiva de los
Psicópatas-Diablos; son los que ponen razonamiento al conocimiento, doy
ejemplos: Alexander Fleming, Albert Einstein, Steve Jobs, Karl Popper, Michio
Kaku y obviamente Keppler y Copernico, entre otros.
El ponerle razonamiento a Dios es demostrar que Dios
existe.
Los demonios son, sin embargo, tan angeles como sus
hermanos celestes. Los mensajeros de oficio y vocación son una tropa
férreamente disciplinada bajo los angeles y los demonios.
Los psicópatas tienen un ejército con disciplina
sutil y a cuanto mayor disciplina mayor es su jerarquía.
La mente de un psicópata cotidiano es entendible por
su lógica y actos; lo que pretenden es
permanecer en poder, en lo alto o en la
cabeza del normal, destruyen.
Los luchadores del bien son los que suelen dedicarse
a ordenar la cabeza y sentimientos de los mensajeros angelicales que sufren por
los manejos psicopáticos o sociopaticos, hoy los llamamos psiquiatras que no
pueden hacer otra cosa que estudiar la química cerebral y actuar en
consecuencia, recetando inhibidores de la receptación de serotonina o dar
derivados de la receptación de la dopamina. El lector puede estudiar y ahondar
lo que digo en los pobres libros de psiquiatría, ya desactualizados; es por eso que existen tantos DSM como
pacientes y profesionales.
Hay algunas víctimas de los Diablos que tratan de
disminuir daños con medicaciones antiguas, hoy ya no aceptadas como el alcohol
o las drogas que lo sacan de la realidad por cansancio, convirtiéndolos en otro tipo de esclavos,
esclavos químicos.
Los íncubos y los súcubos socaban la mente del
normal especialmente de noche, entre las tres y cuatro de la mañana y los
normales no pueden dormir por falta de coraje y enfrentarse a éstos demonios.
Para luchar internamente contra éstos psicópatas se
necesitan tácticas y estrategias que no puede hacerlo uno solo sino con ayuda
psicológica, se deben cumplir a rajatabla, porque éstos personajes de alta
calaña son demasiado fuertes ya que concurren con su ejército de débiles
estúpidos, pobres espectros, almas perdidas en vida.
Escapar ya no sirve, hay que enfrentarse y armados
con estrategias consistentes.
En otro capítulo explico el cómo y por qué hacerlo.
José Luis Senlle
Jsenlle.blogspot.com.ar
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