
“Compatriotas: Yo os hablo con la franqueza de un soldado. Si dóciles a la experiencia de diez años de conflictos no dais a vuestros deseos una dirección más prudente, temo que cansados de la anarquía suspiréis al fin por la opresión y recibáis el yugo del primer aventurero feliz que se presente, quien lejos de fijar vuestros destinos, no hará más que prolongar vuestra incertidumbre.”
“Unámonos paisano mío, para batir a los maturrangos que nos amenazan; divididos seremos esclavos, unidos estoy seguro que los batiremos; hagamos un esfuerzo de patriotismo, depongamos resentimientos particulares y concluyamos nuestra obra de honor. La sangre americana que se vierte es muy preciosa y debía emplearse contra los enemigos que quieren subyugarnos. El verdadero patriotismo, en mi opinión, consiste en hacer sacrificios; hagámoslo, y la patria, sin duda alguna, es libre; de lo contrario seremos amarrados al carro de la esclavitud.”
Si sentimientos menos nobles que los que poseo a favor de nuestro suelo, fuesen el norte que me dirigiesen, yo aprovecharía de esta coyuntura para engañar a ese heroico, pero desgraciado pueblo, como lo han hecho algunos cuantos demagogos que con sus locas teorías lo han precipitado en males que le afligen y dándole el pernicioso ejemplo de perseguir a los hombres de bien sin reparar en los medios.
Lo que precede, son dos párrafos de cartas enviadas por Don José de San Martin: la primera enviada al General Estanislao Lopez el 13 de marzo de 1819 y la segunda al General Bernardo O`Higgins el 5 de abril de 1829, como forma de mortal despedida.
Me parece fundamental que se divulgue, que se lea, que se medite y que se enseñe a nuestros compatriotas, hermanos, alumnos y maestros.
En nuestras tierras, no solo tuvimos a uno de los más grandes Generales de la historia universal, a parte era y sigue siendo el padre de mi patria, de nuestra patria.
Me veo en la obligación de transcribir estas cartas como deber moral, para nada ingenuo de mi gran maestro y mi luz espiritual.
José Luis Senlle.