El sentido de la democracia es parlamentar, dialogar y respetar. Cuando en una democracia falta una de las tres, deja de ser democracia para pasar a ser otra cosa.
La democracia es directa cuando las decisiones son adoptadas directamente por los miembros o parte de los miembros de una nación, por ejemplo los hechos ocurridos en la semana del cabildo abierto de 1810.
En la democracia indirecta o representativa, las decisiones son tomadas por los representantes reconocidos por la sociedad mediante el voto a las Cámaras de Senadores y Diputados, pues el pueblo no gobierna sino por medio de sus representantes.
En la democracia participativa los ciudadanos, con capacidad de asociarse, se organizan de tal modo que pueden ejercer influencia directa sobre las decisiones públicas mediante mecanismos plebiscitarios.
Estas tres formas no son excluyentes unas de las otras y se integran mediante mecanismos complementarios y decisiones políticas.
En Argentina se adopto un sistema Democrático Representativo, Republicano y Federal, ya se hablaba de esto en la Constitución de 1826 y cuando algunas provincias adoptaron un régimen unitario; sobrevino la guerra. Cuando falta algún componente del sistema adoptado, ya sea representativo, ya sea republicano o federal deja de ser sistema democrático adoptado.
Hay cierta confusión entre los conceptos de unitarios y federales, por escrito se adopta un sistema federal pero en la práctica, se utiliza el unitario.
En un verdadero sistema democrático los representantes del pueblo no actúan solos, escuchan a sus representados, a los votantes que lo pusieron en algunas los escaños, si ese representante no escucha a los de abajo, desviando su oído a los de arriba, llámese Poder Ejecutivo, deja de ser democracia para pasar a ser una dictadura. Es por eso, que cuando el representado, que es el pueblo, no se siente oído por su representante, pasa a gritar en la calle, formando ya una democracia directa.
Cuando el poder ejecutivo desoye las manifestaciones populares y las reprime, consolida la dictadura. Cuando un pueblo paga impuestos excesivos y no ve lo que se hace con ellos, o ve que se destinan a otros fines que no acepta, el pueblo sale a la calle en forma de protesta y reclama democracia.
Es el derecho del habitante de bien ser auditor de su gobierno y si el gobierno carece de explicaciones, el auditor debe escarmentarlo, corrigiéndolo y no esperar a las próximas elecciones, manifestemos por la condena a la antidemocracia, para que el país no caiga.
Tenemos un País, tenemos un Gobierno, pero, ¿tenemos Democracia como nuestra Constitución lo define?
José Luis Senlle
www.jsenlle.blogspot.com.ar
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